¿Qué pasa si no uso brasier?
- Elizabeth Ch. A.

- 23 mar 2022
- 2 Min. de lectura
Es sábado por la noche y estoy a punto de salir a comer en cualquier esquina informal, quizá recorra la ciudad mientras acompaño a mi novio a terminar sus labores, todo dentro de un auto, así que quiero ir cómoda, he pasado toda la semana vistiendo uniforme, siendo formal dentro del cuadrito de una oficina por horas de más.
Así que no quiero usar brasier, me lo he quitado hace dos horas y todavía siento el maltrato de las varillas, su presión. Me visto rápidamente y me miro, es notorio, no me importa que se note, pero sí me importa que le importe a quienes me importan.
En ese trabalenguas me centré y estuve mirándome con ganas de ponerme algo más que me cubriera, pero la rebelde dentro de mí gritaba que no podía traicionarme así, “¿por qué tienes que estar incómoda para que los demás se sientan a gusto?”. Me aparté del espejo y me senté en la cama,
¿Será que le pregunto a mi novio si le molesta? No, eso sería como hacer permiso y nosotras nunca hacemos eso. (sí, hablo de mí en plural)
Vuelvo a levantarme y hace frío, se marcan los pezones, estoy a punto de tener un ataque de ansiedad. La casta que habita en mi se dice "es que los hombres te van a mirar y te sentirás incómoda", cómo quien intenta justificarse. A lo que la temeraria responde "imposible, no nos sentimos incómodas por lo que puedan creer o pensar los demás"
Esto dura un rato más largo del que me gustaría admitir, pero al final opto por confiar en mí, y le llamo así porque de eso se trata, al menos de eso me he convencido, debo creer en la fuerza de mis argumentos internos, debo creer en mi cuerpo y en lo que puedo decir con él.
Soy mujer no quiero ni puedo ocultarlo, soy mujer no tengo que estar incómoda para ser decente, no voy desnuda solo es notario lo que la naturaleza ha asignado aleatoriamente en mí y ya me cansé de resistirme a ello.

Al final de los finales, salí sin brasier y ninguno de los escenarios catastróficos y humillantes que imaginé ocurrieron. Así que celebro esto como un pequeño triunfo, no ocultarme entre mis propias sombras es uno de los propósitos principales de este año para mí, quiero gritar con fuerza y ya ustedes bien saben que no solo se grita con la voz, escribir mis opiniones siempre ha sido un reto porque bajo estos grandes ojos que la vida me dio nada de lo propio resulta ser suficiente, así que, estar cómoda con mi cuerpo y con mis letras, tomar decisiones desde esa armonía es lo que quiero contagiarles.
Siéntete en la libertad de ser, quienes se queden a observarte y aprenderte en ese viaje serán la compañía sincera que necesitas.






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