ACERCA DE LO COTIDIANO
Todas las mañanas me planteo seriamente no ir a trabajar, buscar alguna excusa que me permita quedarme en casa sin sentirme culpable durante el resto del día, no la encuentro, nunca me siento tan mal como para no ir.
La razón de este dilema mañanero y recurrente es que no me gusta mi trabajo, fue el que me tocó para alcanzar lo que de verdad quiero hacer, fue el que conseguí para afrontar la independencia de la vida adulta.
Durante el día sonrío, y no dejo que se lo lleve todo, porque al final del día, jamás me pienso a futuro ahí, siempre me pienso aquí, escribiendo para ti.
¿Tú, cuál es el futuro que te imaginas al final del día?
Me gusta